El hándicap para la expansión de los juegos de mesa

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Cuando tenemos una afición, o simplemente cuando algo nos gusta mucho, nos empeñamos en transmitir a los demás esa pasión que tenemos, de una o otra manera. Ya que no queremos que los demás dejen escapar la oportunidad de disfrutar de algo tan grande, o eso creemos nosotros. Empezamos a escuchar debates en los que nos preguntamos (los jugones) qué juegos son los mejores para enganchar al personal, sin preguntarnos a menudo si quiera que haya un mínimo interés por parte de los demás en dejarse atrapar por esta maravillosa afición.

 

Otras veces nos afanamos en intentar de todas las maneras posibles que nuestra afición sea mayoritaria, pero a la vez nos quejamos de que los eventos se masifican. A veces me pregunto que ventajas vamos a tener si la afición de convierte en «mainstream». No estoy segura del todo que los beneficios sean mayores que los perjuicios. Si esto se convierte en un negocio muy lucrativo empezaran a asomarse «gente con pasta» a la que los juegos no les interesa lo más mínimo, y simplemente se acercarán al olor del dinero y eso creo que es perjudicial, por lo menos para los que nos denominamos jugones. Principalmente porque se sacarán juegos para la mayoría, los que más se venden y no son esos precisamente los que más nos gustan. Nos convertiremos en un pequeño grupo de marginados.

 

Quizá sea una visión un poco apocalíptica pero los pasos que se van dando, me refiero a la salida última de juegos, me lleva a pensar que los juegos con los que sacan dinero las editoriales son los que menos me llaman como los de zombis, orcos, franquicias o aquellos que tienen dos reglas y no exigen mucho al jugador para empezar a jugar.
Hilando con esta última idea, voy a dar un argumento que me parece clave para la no transformación de la afición en «mainstream», o por lo menos va a costar más esa evolución. El argumento es muy sencillo, los reglamentos, si esos librillos que a veces disponen de dibujos pero otras son duros y rocosos folletos llenos de párrafos incomprensibles e infranqueables para el gran público.
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No nos dejemos engañar, los manuales de los juegos exigen por parte del jugador un interés y un esfuerzo que no todo el mundo está dispuesto a realizar. En esta sociedad actual, totalmente digital, estamos acostumbrados a tutoriales paso a paso para «tontos» que nos expliquen en dos minutos toda la profundidad de los juegos. Este handicap me parece fundamental para que los juegos de mesa terminen de popularizarse en este país.

 

A veces los que nos encontramos en este mundillo, no nos damos cuenta de lo raros que se nos ve desde fuera. Cuando a alguien del trabajo (cuando lo tenía) le explicaba que me había pegado una tarde leyéndome un reglamento de 20 páginas en inglés o alemán, viendo un vídeo en dichos idiomas, para poder entender cómo se juega a un juego que me he comprado en Essen, una feria que se hace en Alemania sólo de juegos de mesa a la que acuden muchas personas como yo, de la que me he traído unas pocas decenas de juegos, simplemente me miran y dicen esta chica está mal de la azotea… y a lo mejor tienen razón, pero yo disfruto con todo el metajuego que hay en la afición y que es mucho. Lo que si me doy cuenta es que somos una minoría los que estamos dispuestos a hacer ese esfuerzo por jugar. La gran mayoría quieren que le expliques las reglas en 5 min y ponerse a jugar del tirón. Por eso, como he repetido ya varias veces, la traba de los reglamentos me parece fundamental en la expansión de la afición.

 

Tenemos el ejemplo de la industria de los videojuegos, en su primera etapa era una afición marginal en la que los juegos suponían un reto mental, en cambio ahora son simples entretenimientos, casi películas interactivas en las que el jugador tiene muy poco que decir, está todo mascadito. Es cierto que hay excepciones en juegos «indie», pero lo que llega al gran público no son esos juegos. Esta transformación, en mi opinión, se ha debido a la masificación de la afición. La mayoría del personal no quiere desafíos mentales, sino simples entretenimientos que no les dé dolores de cabeza. Si yo estoy metida de lleno en esta afición es precisamente por el desafío mental o reto que suponen los juegos de mesa, por el descubrimiento de mecánicas, de temas interesantes, etcétera.

 

Así que mi visión de la transformación de la afición, no es muy positiva, no es que no quiero que haya nuevos jugones, eso siempre. Es más, en mi caso particular vivo en un sitio que no es ni mucho menos una gran ciudad y encontrar personal para jugar que no vivan a más de 30km es todo un desafío, por lo que estaría encantada de que aumenten los jugones. El problema es que al popularizarse la afición tiende a estandarizarse el producto, y como consecuencia a simplificarse.

 

¿Qué pensáis vosotros?

 

¡Hasta la próxima!

 

ML
Muchachita Lúdica Escrito por:

23 comentarios

  1. unna
    12 enero, 2017
    Responder

    Yo creo que no, a mayor popularidad, más tipos de juegos, más oferta, más demanda, más competencia, en definitiva, mayor abanico de todo. Lo cual veo como algo positivo. Cuando algo pertenece sólo a una minoria, es más caro y tiene menos catálogo, simplificando mucho. Saludos!!

    • 12 enero, 2017
      Responder

      Entiendo tu opinión aunque no la comparto como puedes leer en mi articulo. Creo que cuando se masifica algo no hay más diversidad sino más de lo mismo, eso me parece que pasa en el cine, música o videojuegos. Es cierto cómo comento que existen juegos «indie» que serán los que busquemos locos.

      En cuanto a lo de los precios tampoco estoy de acuerdo, porque sí algo podemos afirmar con seguridad es que los juegos de mesa están experimentando un auge tanto en popularidad como en precio.

      Por último no entiendas el articulo como que quiero que siga siendo siendo un hobby minoritario, sino que la expansión del hobby tiene cosas negativas y me da la sensación que la gente no llega a valorarlas y sólo se fija en las positivas.

      Un saludo y gracias por el comentario

  2. Farko
    12 enero, 2017
    Responder

    Venga, comentando que es gerundio.

    Me encantan los juegos de mesa, pero veo (casi) todo positivo de que se expandan: mayor distribución y facilidad de adquisición, nuevas ofertas y tiendas del sector, posible creación de sistemas como «Steam», unificadores de juegos.

    ¿Van a salir muchos, muchos, muchos más juegos sencillos y coloridos? Sí, eso seguro, porque es más fácil, en principio, darles salida.

    ¿Significa que desaparecerán los juegos duros? Pues yo quiero creer que no, que habrá los mismos que ha habido siempre, solo que parecerán menos porque habrá muchos más de los otros. Por poner un referente con videojuegos, Dark Souls no es un juego sencillito, pero ha calado profundamente, o Minecraft, que sin tener tutorial ninguno ha llegado hasta los niños de 12 años poco a poco, filtrándose hasta llegar a Microsoft.

    A mi, que los juegos euro-duros no me dicen mucho, sé que seguirán saliendo cosas nuevas y divertidas para mi (esta navidad la gran sorpresa nos la ha dado Disset con el Escape Room, por no decir más), y entiendo la preocupación por una subida desmedida del precio y un control absoluto de las redes de distribución, pero siempre salen maneras, y siempre acaba creándose competencia.

    En libros, por muchos libros de 50 Sombras de Grey se vendan, siguen saliendo otros más complicados, densos y sesudos. En videojuegos no hemos cambiado tanto, la verdad, y a excepción de la falta de un tutorial (en el videojuego, porque el manual siempre te ha explicado todo mascadito) sigue existiendo variedad para todos. En los juegos de mesa, no puede ser muy distinto, y miramos al futuro con alegría.

    • 12 enero, 2017
      Responder

      Buenas
      En el artículo, no digo que los juegos duros o medios duros vayan a desaparecer sino que los fáciles o con reglamentos más sencillos van a abundar más. Aún así esta entrada lo que intenta reflejar y lo que expone es la dificultad añadida que se tiene para poder adentrarte en la afición y que no es otra cosa que los reglamentos. La gente (en su mayoría) en esta sociedad actual donde se quiere todo al minuto, no está por la labor de emplear su tiempo en leer, comprender y explicar a los demás o bien les parece una pérdida de tiempo. Y éste es el hándicap al que hago referencia en esta entrada.
      Muchas gracias por comentar.
      Un saludo,
      ML

  3. 12 enero, 2017
    Responder

    «Si esto se convierte en un negocio muy lucrativo empezaran a asomarse “gente con pasta” a la que los juegos no les interesa lo más mínimo,…»

    Que el dinero venga nunca es malo y creo que ya los hay solo que te llaman menos la atención porque todavía no pueden permitirse bravucadas como los de las ligas de videojuegos.

    «Principalmente porque se sacarán juegos para la mayoría, los que más se venden y no son esos precisamente los que más nos gustan. Nos convertiremos en un pequeño grupo de marginados.»

    Tampoco me preocuparía porque pasarías de formar parte de pequeños grupo de jugadores de juegos de mesa a un pequeño grupo de jugadores de determinados juegos de mesa…

    «…voy a dar un argumento que me parece clave para la no transformación de la afición en “mainstream”, o por lo menos va a costar más esa evolución. El argumento es muy sencillo, los reglamentos, si esos librillos que a veces disponen de dibujos pero otras son duros y rocosos folletos llenos de párrafos incomprensibles e infranqueables para el gran público.»

    Ups… Aquí me chirría que se desee que el gran publico vea los manuales como una barrera, cuando creo que el mundo ganaría mucho si todos, osea todos, aprendiéramos a tener la paciencia y claridad mental para poder lidiar con el peor de los libros de instrucciones y eso no nos frenara.

    «…la industria de los videojuegos, en su primera etapa era una afición marginal en la que los juegos suponían un reto mental, en cambio ahora son simples entretenimientos, casi películas interactivas en las que el jugador tiene muy poco que decir, está todo mascadito.»

    El mundo de los videojuegos a evolucionando pero no solo hacia la simplificación. La reducción del mundo de los videojuegos al CandyCrush, le hace poca justicia a una industria y unos diseñadores que hacen autenticas maravillas y no solo películas interactivas. Recordemos que podría decirse que es la evolución digital de nuestra afición.

    Y esto es lo que no me cabía en un tweet ;P

    • 12 enero, 2017
      Responder

      Veo que coincidimos poco… pero es lo bueno de exponer las ideas, que hay debate.

      En cuanto a los reglamentos, el núcleo del árticulo, sólo decir que no deseo en ningún momento que sea una barrera. Para mi es una evidencia que al gran público le da pereza, no le gusta, piensa que es perder tiempo leer un reglamento, ojalá no fuera así.

      Gracias por participar

      • 12 enero, 2017
        Responder

        Pero parece por tu exposición que lo ves incluso interesante, como una criba a los «no dignos».
        Permite me que desde la experiencia te diga que esa actitud es dañina, porque no veas las de veces que me ha costado amistades y partidas, tener que lidiar con los «leedores de reglas» que por ser Jugones no dejan ni hablar a aquellos que por las circunstancias que sean no conocen o se han podido leer las reglas.
        En Jornadas, en demos, en partidas con amigos, con ex-amigos…
        Las reglas forman parte del juego y muchas veces los mas jugones no permiten ponerlas en duda.
        La de juegos a los que he tenido que jugar con las reglas «según A», por no provocar un Apocalipsis.

        • 12 enero, 2017
          Responder

          Lamento que sea esa la impresión que te lleves, porque no es ni mucho menos la intención del articulo. No habré conseguido explicarme bien

  4. 12 enero, 2017
    Responder

    Yo estoy de acuerdo con la afirmación de la masificación, porque en el fondo esto se trata de una industria, de ganar dinero, y si algo vende, es raro que alguien se moleste en salirse del carril hasta que algún avispado abre camino, tras más o menos tropiezos, pero mientras tanto, todos a hacer lo mismo que ha funcionado siempre, y no con óptima calidad.

    También estoy de acuerdo con el tema de los desafíos mentales. La gente, en general, quiere evadirse, no pensar, y tampoco es que necesites un doctorado para jugar a los juegos de mesa actuales, pero al menos de momento, bastantes no van por el camino de la mera diversión, aunque si algo no te divierte, está claro que no cumple su objetivo, pero el reto intelectual, en mayor o menor medida, no debe condicionar. Y ojo, que hablo de reto intelectual, no de habilidad y destreza.

  5. Rumbis
    12 enero, 2017
    Responder

    Las reglas no suponen una barrera para los nuevos jugones, lo son también para los ya jugones. Yo como jugon que soy y considerando que los juegos de mesa mi principal hobby, cada vez que voy a la tienda a comprar un par de juegos estoy ilusionado sino abrirlos olerlos y jugarlos es pura felicidad.
    Pero todo tiene su parte negativa y es q antes d poder jugar a cualquier juego tengo que enfrentarme al manual y los odio. Y si puedo ver tutoriales en Youtube y si puedo dejar que lo lea otra persona pero para mi es importante conocer las reglas antes de ponerme con ello por lo tanto tengo que leer el manual pero es una parte desagradable de esta por lo demás estupendos una afición, y puedo asegurar que ni una sola vez en mis más de 5 años como jugador e disfrutado leyendo un manual.

    • 12 enero, 2017
      Responder

      Pues entonces estás de acuerdo con lo que digo. Las reglas son un problema para que la gente se acerque más. Si a los jugones nos da pereza enfrentarnos a ellos y preferimos que lo haga otro, imagínate alguien que quiera acercarse por primera vez. Tú como jugón sabes que puedes sortear ese obstáculo buscando vídeos o buscando a otra gente que te lo explique pero los que están por llegar no. Compran y/o les regalan un juego, ven unas reglas de un par de páginas, les da pereza leer, cierran el juego y a otra cosa mariposa. Por eso digo que los reglamentos son un hándicap en la expansión de esta afición.
      Un saludo.

  6. Jor Ray
    12 enero, 2017
    Responder

    Como gran seguidor de videojuegos, la irrupción del móvil se asemeja a lo que comentas.

    Compañías como SquareEnix, creadores de Final Fantasy y Dragon Quest, obtienen beneficios cada año no por el Final Fantasy XV que llevan diez años desarrollando, sino por la división de móviles con juegos «tragaperras». Konami (Castlevania, Metal Gear Solid) han dejado ya de desarrollar videojuegos.

    ¿Qué futuro nos espera si el dinero se mueve al mercado casual?

    En el año 2016 fácilmente de los 10 mejores juegos que han salido, 4-5 son indies de bajo presupuesto. (Una comprobación rápida en las principales revistas del sector te lo confirmarán).

    Quizás ése sea el futuro que le espera al juego de mesa: Party games a para todo el mundo a mansalva, algunos juegos más intensos con grandes franquicias, y la variedad en kickstarter e indies.

    • 12 enero, 2017
      Responder

      Esperemos que esta visión que compartimos no se convierta en realidad…

      Saludos y muchas gracias por comentar

  7. Jor Ray
    12 enero, 2017
    Responder

    Qué gran Blog, by the way.

  8. 12 enero, 2017
    Responder

    Holas,

    creo sinceramente que hay aquí unas cuantas cosas que son más de interpretación de la realidad que de hechos en sí:

    -primero, la analogía con los videojuegos está un poco traída por los pelos: no todos los VJs eran aventuras gráficas con historias bien guionizadas y puzzles bien montados y la mayoría de los juegos de la «Edad de Oro» eran cosas en las que la gente echaba horas de lo ridículamente difíciles que eran pero que no tenían mucho más que mover un muñeco por laberintos.

    -Segundo, lo de la complejidad de los juegos y el mainstream creo que no está del todo bien fundamentado. Mi impresión, no ya por mis años sino revisando catálogos añejos de editoriales de juegos que hoy han desaparecido (como la Avalon Hill original), es que se ha pasado de un sector en el que había una polarización muy grande entre juegos de mesa y/o cartas muy simples y los juegos etc. muy complejos a un panorama en el que hay más estadios intermedios. No creo que en los 80 existiesen tantos equivalentes de los euros de hoy que quedasen entre un ‘Monopoly’ o un ‘Ratonera’ y un ‘Squad Leader’. En ese sentido, los euros abrieron un nicho en el que se podía apuntar gente que quisiera la experiencia de un juego de mesa pero siendo algo más que tirar dados y mover fichas pero tampoco tener que hacer las cuentas de suministro de agua para tus divisiones en el Norte de África (y acuérdate de que los italianos necesitan el doble, para la pasta).

    En ese sentido, creo que los jugones duros de hoy son los mismos que lo eran ayer. El que no iba a jugar un juego de rol hace 10, 15 o 20 años, hoy tampoco lo haría. ¿Supone que esa mayor afluencia a ese nuevo mainstream, ese nuevo normal, hará que desaparezcan los juegos más duros? No creo que sea así, antes al contrario: las editoriales podrán arriesgarse un poco más a la hora de sacar alguna cosa más independiente de cuando en cuando.

    -Por último: toda actividad humana genera a la larga ciertos elementos de identidad que resultan en microculturas. La reafirmación identitaria a veces degenera en sentidos de elitismo y/o sectarismos (mentalidad de «casa del árbol»). Coleccionar sellos o jugar juegos de mesa más o menos complejos no hace a nadie más inteligente, no ya digamos superior, pero hay gente que se cree que puede establecer su club privado en esas aficiones y decidir quién puede entrar y quien no. En los videojuegos eso ha generado un daño enorme a las mujeres. Igual creer que la afluencia de más gente que quiere un entretenimiento sencillo en los JdM hará que el sector empeore es pesimismo injustificado, ¿no?

    En esta línea, creo yo, el problema a la hora de decir «¡En la zona en que vivo no hay jugones!» a lo mejor es, un poco más, «¡En la zona en que vivo no hay jugones que jueguen a lo que me gusta jugar!», más o menos de la misma forma que cuando en ciertos foros se lee «¿Cómo puedo convencer a mi novia de que juegue X juego?» o «¿Por qué a las chicas no les gusta jugar a JdM?». Trasladar lo personal a lo global es un poco corto de miras, ¿no?

    Creo que ahora mismo estamos en un buen momento para los JdM y que, simplemente, el sector duro sigue siendo igual de minoritario que antes pero, con un poco de suerte, si no en proporción, al menos en términos absolutos sí que crecerá. Mientras tanto, que todos tengamos suerte para encontrar jugadores allá donde estemos. 🙂

    • 12 enero, 2017
      Responder

      Creo que no me he sabido explicar de manera adecuada, porque el tema principal del texto no es hablar de lo que eran los juegos de mesa hace 20 porque no lo conozco, ni la anécdota de que vivo en un lugar pequeño en el que no hay mucha afición.

      La chicha del artículo era reflejar que los REGLAMENTOS de los juegos suponen una barrera bastante grande para el público en general, ni me considero más lista que los demás, ni elitista ni de ninguna clase superior, simplemente tengo unos gustos diferentes a otras personas y en mis vivencias personales, que son los hechos que he vivido, por supuesto que no tengo datos estadísticos de la población española, es que a la gente le fastidia ponerse delante de un reglamento de varias páginas y que prefieren que lo haga otro.De ahí deduzco que es difícil que la afición se vuelva masiva. Además me preguntaba en voz alta si es positiva esa transformación en afición de masas.

      Cuando hablo con la gente que tengo a mi alrededor, se repite muchísimo más la frase, ayer fui al cine, me fui de comprás, vi una serie con Netflix, fui al teatro… que he estado leyendo un reglamento y luego echando unas partidas. Esto ni es bueno ni malo. Simplemente tenemos gustos diferentes. Aquí nadie ha hablado de porque juegues al parchís uno es más tonto.Ni porque te juegues un euro de los más complejos eres un ser superior, eso si que es una interpretación de mis palabras.

      Gracias por pasarte

  9. 12 enero, 2017
    Responder

    Buenas,
    Tal y como ha dicho Iluminatus antes, yo no comparto tu visión en algunas comparaciones, como la de los videojuegos por ejemplo. Dejando eso aparte, creo que lo que vienes a decir en tu artículo -resumiéndolo mucho- es que la afición al expandirse ha tŕaído cosas malas. Buenas también por supuesto, pero que malas también, es evidente.
    Si es eso lo que querías decir, servidor está de acuerdo.
    Es curioso, hace exactamente 1 año (12 enero de 2016) publiqué una entrada llamada «La radicalización de la afición». En ella hablaba en parte de cosas que tú te quejas en esta entrada, de que la masificación trae cosas buenas, hace más cercana la afición, pero ojo porque sus cosicas malas también las trae.
    Sea lo que sea, me ha gustado leerte. Saludos!

    • 12 enero, 2017
      Responder

      Como le he respondido a Iluminatus, mi tesis principal es el obstáculo de los reglamentos para que la afición llegue al gran público, pero veo que el enfoque no ha sido el adecuado porque mucha gente se está fijando más en lo accesorio que en lo principal.

      Gracias por pasarte a comentar

  10. Paco Gómez
    17 enero, 2017
    Responder

    El reglamento es una barrera clara.

    ¿Cuáles son los juegos más vendidos? La Oca, el Parchís, las Damas… ¿Alguien ha visto alguna vez un reglamento de la Oca? Los jugadores discuten sobre unas reglas que les contaron de pequeños y que nunca han leído. En mi casa se juega así… porque nunca leímos las reglas. La clave del éxito es que la gente ya sabe jugar.

    Con los juegos del mercado masivo ocurre lo mismo. ¿Quién ha leído las reglas del Monopoly? Los padres enseñan a jugar a sus hijos sin leer las reglas. Tampoco pasa nada si lo juegan a su manera… ¿Cómo innova Hasbro? ¿Con las reglas? Nooo, porque la gente ya sabe jugar. Cambian los peones y el nombre de las calles. Los consumidores deben poder abrir la caja y jugar sin leer el reglamento.

    Los juegos modernos que tienen aplicación para tablet, luego se venden más en físico porque la app te enseña a jugar. No podemos negarlo. El reglamento es una barrera (salvable) también para los jugones.

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